En el Audiotexto de 27 de enero de 2009, iniciamos la descripción de lo que podría llamarse “una casa típica española”, esto es, la casa en la que habita “un ciudadano medio” que viva en una gran ciudad, como por ejemplo Madrid o Barcelona.
Un dato de interés a tener en cuenta es que la mayoría de los españoles optan por tener una casa en propiedad. Este es el objetivo de cualquier joven a partir de los veintitantos años: comprarse un piso. Es un rasgo muy característico de la sociedad española, y son realmente muy pocos los que se plantean alquilar una vivienda. Esta opción es la preferida por los inmigrantes, y aquellas personas que circunstancialmente tienen que desplazarse durante un tiempo a otra ciudad por razones de trabajo. Aun en estos casos, la persona desplazada mantiene su vivienda pues su objetivo, en general, es volver en cuanto pueda a su entorno familiar.
Después de este pequeño inciso, vamos a continuar dónde lo dejamos en el audiotexto anterior. En esa ocasión describimos ya la entrada a la vivienda, el salón y la cocina.
Continuamos ahora con los dormitorios. En general, siempre habrá lo que se conoce como “dormitorio de matrimonio” en el que suele haber una “cama de matrimonio”, una o dos mesillas, muy útiles para apoyar el despertador, un libro de lectura o un vaso de agua por si por la noche entrara sed.
Por supuesto el dormitorio de matrimonio tendrá suficientes armarios para la ropa de ambos miembros de la pareja, y es muy frecuente también que exista una cómoda, para guardar sábanas, colchas, mantas o toallas. En los dormitorios de matrimonio, es también muy habitual encontrar un espejo que a veces es de cuerpo entero.
El resto de habitaciones de la casa son las dedicadas a los hijos o bien a los invitados. También, en casas grandes, alguna habitación puede ser dedicada a “sala de estar”, esto es, un lugar tranquilo dónde leer, coser, ver la tele, etc. Esta sala no tiene camas y se podría decir que es como un “salón” en pequeño.
Los dormitorios suelen tener una o dos camas de 80 o 90 cm. de ancho, que a veces pueden ser plegables, con objeto de ganar espacio en la habitación durante el día. En algunas habitaciones se pueden montar también literas, esto es, dos camas instaladas una sobre la otra. Esta es una solución interesante para aquellas habitaciones con poco espacio, pero tiene el inconveniente de que no sirve para niños muy pequeños, por el peligro a las caídas desde la litera de arriba.
En las habitaciones de la gente joven, es muy habitual encontrar una mesa de estudio, acompañada de una cajonera con tres o cuatro cajones.
Algo muy útil y deseable en los dormitorios son los “armarios empotrados”, esto es, armarios que no son muebles sino construcciones hechas en la propia pared de las habitaciones que suelen dotar de mayor amplitud a las estancias.
Antiguamente las casas tenían largos pasillos que daban acceso a los distintos dormitorios de la casa y también a los baños. Actualmente, para aprovechar mejor el espacio, muchas casas no tienen prácticamente pasillos y en su lugar las habitaciones y el salón son algo más grandes.
Las casas actuales suelen tener un baño (o servicio) y sólo aquellas de mayores dimensiones tienen dos o tres baños. En estos casos es típico que uno de ellos esté dentro del dormitorio de matrimonio.
Los baños grandes suelen venir dotados de bañera, mientras que los más pequeños tienen en su lugar plato de ducha.
Algo muy valioso y que se está perdiendo en muchos edificios modernos es la existencia de una terraza. Antiguamente casi todas las viviendas tenían terraza por pequeña que fuera, pero actualmente, para aprovechar más el espacio interior, la terraza está siendo sustituida por grandes ventanales o miradores en el salón.