Me gusta mucho ir de compras. Pero no me gusta comprar comida, me gusta comprar ropa. Puedo estar algunas horas en una tienda y elegir una cosa.
Me gusta mucho la ropa nueva. Normalmente hago la compra los fines de semana, cuando estoy libre. Yo voy a un centro comercial donde hay muchas tiendas. Los dependientes siempre son amables y ayudan mucho. Tengo la talla 36. Siempre hay mucha ropa de esta talla, pero no siempre me queda bien. Por eso si me gusta algo, voy al probador y me lo pruebo. Si la ropa me va bien, pago en la caja y me la llevo. Normalmente pago con tarjeta bancaria, pero si en la tienda no aceptan tarjetas yo pago en efectivo. A menudo voy de compras con mi amiga Elena. Ella me ayuda a elegir ropa porque tenemos los mismos gustos.
La verdad es que tengo un problema. A veces no puedo encontrar algo y compro absolutamente otra cosa. Por ejemplo, voy a comprar una camisa, pero no encuentro nada bueno y entonces compro un bolso. Ahora hay muchas rebajas y los precios son muy atractivos. Además tengo una tarjeta de descuentos. Este fin de semana quiero comprar un vestido, pero también quiero unos zapatos de tacón alto. A mis padres no les gusta cuando gasto mucho dinero. Yo les digo que es mejor ahorrar en la comida que en la ropa. De momento no gano mucho dinero y no puedo permitirme comprar algo muy caro. Pero bueno, estoy segura de que encuentro algo conveniente.