Aunque el deporte es internacional, las tradiciones y las condiciones climáticas de cada país influyen en su desarrollo.
Así, por ejemplo, en España casi no se practica el deporte de invierno, como el hockey sobre hielo o el esquí. Tampoco está difundido el bádminton, tan popular en Rusia.
Pero el fútbol sí que es muy popular. Está tan extendido que por todas partes se ven pequeños campos de fútbol. En ellos se practica el fútbol sala, una versión del fútbol en la que participan cinco personas por equipo.
Son pocos los chicos que no sueñan con ser Pele o Ronaldo.
Y si el patio de su casa es demasiado pequeño, salen a jugar a la calle, corriendo el riesgo de perder el balón bajo las ruedas de un coche. Mientras tanto, los mayores que en su mayoría también son aficionados a este deporte, pasan largas horas colgados del televisor. Y no sólo los hombres. Cuando transmiten los partidos con la participación del Barcelona, Real Madrid o de la Selección Española, las calles están completamente vacías.
Últimamente el baloncesto también se ha puesto de moda, siguiendo el modelo de los Estados Unidos. Pero el baloncesto requiere unos campos especialmente preparados, mientras que el fútbol es más popular.
Y, por cierto, el tenis también es una especialidad favorita entre los españoles. En gran parte eso se debe a que ha habido y hay jugadores y jugadoras que han obtenido grandes éxitos, como Santana, Gimeno, Orantes, Bruguera o Arantxa, ganadores de muchos torneos. Aunque en el pasado era un deporte practicado sólo por las clases altas, en los últimos años se ha convertido en un deporte practicado por mucha gente.
Como dicen, lo importante no es ganar, sino participar.