En estos días Sevilla está de fiesta. Todo está ya preparado para celebrar uno de los momentos más alegres y esperados del año: “La Feria de Abril”.
Esta es quizás una de las fiestas más conocidas en España, y muchos españoles de otras regiones se acercan durante estos días a disfrutar con los sevillanos de una celebración llena de vida, música, buena comida y buen ambiente en general.
La Feria de Abril se celebra en Sevilla capital durante la semana del 19 de abril. Este es precisamente el día en el que la feria comienza oficialmente. La feria tiene en Sevilla un lugar reservado de celebración. A este emplazamiento se le conoce popularmente como “el Real de la Feria”. Es esta una gran explanada dónde se montan las “casetas” y “chiringuitos” que son el “alma de la fiesta”.
Por “caseta” se entiende un recinto no permanente (esto es, se monta para la feria), que pertenece a una determinada asociación, grupo cultural, etc., constituyendo durante estos días su lugar básico de reunión para comer, beber y bailar. Cualquier “caseta” que se precie, dispondrá sin duda de un bar dónde servir bebida y “raciones”, siendo indispensable también un “tablao” dónde poder bailar.
En España “una ración” es un plato que se pide para compartir por un grupo de personas. Es muy frecuente pedir raciones cuando amigos o conocidos se reúnen en un bar, y además de la bebida les apetece tomar algo “para picar”. Son clásicas “las raciones” de calamares, sepia, croquetas, chorizo, queso, etc., pudiendo ser estas de diferente cantidad (hay “raciones” más o menos grandes”).
Otra palabra que ha aparecido en el Audiotexto y que es necesario explicar es “tablao”. Esto no es sino un escenario de pequeño tamaño, dónde la gente se lanza a bailar o cantar de manera espontánea. En Sevilla durante “la feria” se bailan fundamentalmente las conocidas “sevillanas”, así que si uno se decide a ir a la feria no tiene más remedio que aprender lo básico de las sevillanas, pues es la música que se escucha de forma constante en todos los sitios.
En la feria, existen también “casetas públicas”, esto es, casetas puestas por el Ayuntamiento de la ciudad, organismos públicos, así como por asociaciones particulares que por iniciativa propia permiten el acceso a cualquier persona que no pertenezca a la misma. Así, si decides ir a la “Feria de Abril” lo mejor es tener algún conocido de la ciudad que te invite a su caseta, pues sino, tendrás que optar por alguna de las casetas públicas de acceso libre.
En la feria, entre caseta y caseta existen multitud de “chiringuitos”. Es esta una palabra típica española utilizada para designar pequeños bares al aire libre, no permanentes (suelen ser establecimientos itinerantes que van de feria en feria), y dónde se puede beber y tomar raciones, tapas, etc. Alrededor de los mismos, se suelen montar mesas y sillas para que la gente tome sus consumiciones, aunque muchos prefieren tomar algo rápido en la barra, para a continuación ir a otro chiringuito y probar cosas distintas.
Algo muy típico de la feria son las carrozas. Efectivamente, paseando por las calles de la feria es muy frecuente ver carrozas con sus ocupantes vestidos con los trajes típicos de Sevilla: la mujer con el llamado “traje de faralaes” o “traje de sevillana”, bien conocido por los lunares rojos y volantes en la falda y también en los extremos de las mangas. Además, la mujer lleva siempre el pelo recogido en un moño, adornado con un par de claveles rojos y blancos. El hombre, lleva un traje ceñido, con botas camperas, sombrero, recordando un poco al atuendo de propio del torero.
Algo muy emblemático de la feria es “la portada”, o entrada al recinto dónde su celebra la misma. La portada esta constituida por un gran pórtico, que cada año está dedicado a algún acontecimiento importante, monumento o edificio de la ciudad. En todos los casos, consiste en un monumento muy vistoso, adornado con multitud de bombillas que se encienden durante la feria.
No podemos dejar de mencionar la iluminación de la feria, ya que es algo muy particular y destacado, al estar constituida por millares de bombillas que adornan tanto la portada como las principales calles de la feria. La cifra es realmente asombrosa: unas 350.000 bombillas dan luz y color a la feria durante estos días. De hecho, la feria comienza oficialmente con “el encendido” del alumbrado, acto solemne que marca el inicio de los festejos. Las bombillas suelen estar integradas en los típicos farolillos de colores que inundan de colorido y de ambiente festivo todo el recinto.