Cuando era niña, al regresar a casa, empleaba el resto de la tarde en jugar y ver programas de televisión.
Me gustaba comer mucho, pues he sido siempre muy tragona. Las películas de terror me daban miedo y por eso me gustaba dormir en medio de mi papá y mi mamá. Ahora ya no es posible hacerlo y todavía me asustan las películas de terror. Gastaba todo mi presupuesto en esos años. Compraba cualquier tipo de comida chatarra porque era el dinero de mis papás el que se gastaba. Ahora soy más ahorrativa porque ya gano y gasto mi propio dinero.